No descartable

Yo la recuerdo como de catálogo, como un personaje de película extranjera, de piernas largas y cabellos que brillaban cuando cruzaba la puerta.

Yo la describo como una lady, con boina francesa y aromas cálidos, como la chica de los años maravillosos.

Siempre tuvo algo familiar, tanto, que me llenó de recuerdos de adolescente, de historias platónicas y de mejillas que estallan al rubor.

Yo la recuerdo presente, como el viento que entra y sale, pero necesario para respirar, para suspirar, para contar una historia que conservo, de esas no descartables.

Ella es el relato de una noche con faroles, de recitales improvisados, de cuerpos que se invaden, de despedidas con retorno.

Así la recuerdo, así me acuerdo, así la conservo, sin amnesia como la dueña de momentos no descartables.