EL HOMBRE
- franciscobustillos

- 12 may 2020
- 1 Min. de lectura
El hombre habita solo. Buscando un elixir que lo mantenga vivo. Toma la tierra y recuerda sus raíces. Camina tras la sombra de un futuro incierto. Toma el agua que sus lágrimas le otorgan. Mira con temor las huellas de su alma lacerada. Arranca minutos de la intensidad de sus latidos. Y duerme en la fantasía que su almohada le regala por las noches. Confía en la mano que extiende el amigo. El amigo que intenta curar sus heridas. El que ríe y llora viviendo la historia que comparten, disfrutando del momento a pesar de que se sumerjan más en el océano de sus sin sabores. Trata la vida como por encargo divino, y cambia de color como

convertido en rostro. Canta a la naturaleza como parte de su respiración, contando el relato que lo mantuvo caminando en los círculos del tiempo. El hombre se engaña con la verdad maquillada. Juega a las escondidas en el bosque de desperfectos cotidianos. Anticipa los pasos sin dar trotes más grandes, y espera a la muerte con la medicina vencida que prolongue un suspiro, un minuto más.





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