Desde que dejé la catedral

Llené mi mente de recuerdos

Preparé mi alma para volar en el tiempo

Y me dediqué a luchar contra el miedo de volver al templo.

Edifiqué mis sentidos con cantos no gregorianos

Emprendí el viaje al olvido

Curándome del fervor de una presencia.

Desde que salí de la catedral

Recogí mi cuerpo del púlpito

Envolví las lágrimas en cada paso nuevo

Y anuncié nuevos testamentos frente a una marea solitaria.

Desde que dejé la catedral

Busco la fe en ser libre

Encontré clamor en el sabor de las profecías

Hice la paz con mi sombra

en la calma que me abraza

Desde que la catedral se hizo lejana

Mi credo fueron ojos de amor

Sonrisas que pactan con el cielo

Y la promesa de volver a tomar mis manos frente a tu velo

Al visitar la catedral

renuevo una nueva promesa

Renovar votos conmigo

Alabar bondad con el mundo

Y salir de una mano que no haga que sienta la ausencia de tu templo, mi templo.

Desde que el templo separó mis pasos

Mis oraciones serán versos

Y mis plegarias un anuncio a un paraíso nuevo.

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